martes, 14 de marzo de 2017

Te echaré de menos.

Te echaré de menos cuando me olvides. Cuando camine por aquel parque, por delante de un teatro pase o camine por aquella calle recordaré que me olvidaste. Aún no lo has hecho, aún estoy aquí. Aún me acaricias, aún me besas, aún me sonríes, aún me piensas. Dejarás de hacerlo. No sé cuándo ni porqué. Pero dejarás de hacerlo. Y yo te echaré de menos.
Me siento extranjera de tu universo cuando me lo enseñas, pero dueña del infinito cuando me abrazas y besas. Maldito tú... Me descubres tu mundo poco a poco. Ahora para mí Madrid ya no es gris, ahora tiene luz. Luz de principios de Marzo, luz de invernal sol, luz de viento que me hiela, luz de blanca luna llena...
Y vuelvo a notar tus sábanas en torno a mí. Lo extraño de lo cotidiano me abrasa diciéndome que no pertenezco, que no debo estar aquí. Y ahí comienzo a echarte de menos, cuando aún me recuerdas. Cuando respiro tu nuca y beso tu alma. Cuando acaricio tus latidos y escucho tu piel... Quiero quedarme, pero deseo huir. Dices que somos libres sin serlo - atados por el pensamiento - y con eso me basta. Con eso soy feliz. Sin embargo, deseo huir.
Te echaré de menos cuando  me olvides. Aunque, de momento, sigamos aquí.
Deja que los besos hablen. Ahora las caricias traducen los susurros y los mordiscos gritan en silencio por nosotros. Disfrutemos ahora. Antes de que nos echemos de menos. Antes de que ganen las ganas de huir.


                                            -Expresivísima.

jueves, 2 de marzo de 2017

Trece años.

Nos encontramos, cara a cara.
Enfrente mía tengo toda una vida. Recuerdos, memorias, sentimientos. Mil risas y mil y un llantos. Alegrías, tristezas y enfados pertenecientes a tiempos pasados. Un futuro oscuro y un presente claro. Incertidumbre, vida, muerte. Un eterno barranco en el que siempre y siempre caigo. Un infinito pozo del que nunca y nunca escapo.
Porque enfrente de mí estás tú.
Porque hoy cara a cara nos hemos encontrado.
Porque al oír tu voz llamándome ya no escucho ni el viento, ni el murmullo mundano, ni el canto de los pájaros.
Porque tus ojos me observan y absorben.
Porque he muerto y he resucitado.
Porque nos hemos encontrado.

Trece años habían pasado y yo jamás te he olvidado. Eras y serás mi primer y único amor. Lo que tú me hiciste sentir jamás lo he vuelto a conseguir con nadie. Créeme, me he pasado estos trece años buscándolo. Buscando a alguien que te sustituyera. Alguien que borre tu nombre de mis labios. Alguien que elimine de mi recuerdo el olor de tu pelo, la suavidad de tu piel, aquella mirada y, sobre todo, tus tiernos besos.
Trece años y un día habían pasado. Mas es como si el tiempo se contrae y diluye. De repente volvemos a estar en aquella playa, vuelve a ser verano, vuelves a irte, vuelvo a morirme.
Pero, aquí estás. Mirándome.
Aquí estás.

Ni una palabra nos hemos dicho, aunque no hace falta. Grito en silencio que te amo. aunque mis lágrimas suplican que te vayas. En lugar de alejarte, te acercas. En lugar de huir, me tomas de la mano. En lugar de marcharte, me besas...
Me besas y siento que nada ha pasado. Esos trece años jamás han existido porque no estaba contigo para vivirlos.

Qué irónico que quien me ha quitado la vida sea ahora quien me haya resucitado. Lástima que en unos instantes te vuelvas a ir y todo haya terminado...
Quién sabe donde estaremos en otros trece años.
Quizás nunca te vuelva a volver a ver.
Quizás esta sea nuestra última vez.
Quizás nuestra historia ya se haya acabado.




-Expresivísima.