sábado, 16 de abril de 2016

A la chica del metro.

A ti, que todos los días te veo en el mismo vagón del mismo metro, quiero decirte que tu sonrisa me ilumina el día.  Necesito contarte que cuando tus ojos marrones se posan en mí, me quitas el aliento. Deseo confesarte que siempre he temido a la noche, pero jamás una oscuridad me ha parecido tan bella como la de tu negro pelo. Anhelo tocar tus sonrosadas mejillas para así comprobar que sí existe algo más suave que el terciopelo.
Todos los días te veo en el mismo vagón del mismo metro. A dónde vas yo no lo sé, pero me da igual. Tan solo me importa verte, coincidir contigo.
Alégrame el día.
Alégrame la vida.
Yo, he de decirte que he pasado una muy mala época. Al principio quería comerme el mundo, pero el mundo me acabó comiendo a mí.  Me quedaba todo el día en cama con pensamientos suicidas. Solo quería desaparecer. No dormía, no comía, no vivía. Pero, un día, me cansé de todo. Me duché, me vestí y salí a la calle sin un rumbo fijo; tan solo quería andar, despejarme, sentir el viento en mi cara. Como por casualidad llegué al metro y, sin pensarlo muy bien, subí al primer tren que pasaba.
Fue entonces cuando te vi. Al instante me pregunté como era posible que hubiera pasado mi vida entera sin saber de tu existencia. Me miraste, me sonreiste y, sin tú saberlo, cicatrizaste todas mis heridas. Me quedé todo el viaje hipnotizado. Cuando te bajaste en tu parada estuve aún un rato más sin lograr reaccionar. Al fin me recompusé y salí a la calle. No sabía dónde estaba, pero no me importaba. Volvía a sonreír tras meses sin lograrlo, y todo gracias a ti.
Desde ese día siempre cojo el mismo metro a la misma hora; aunque no tenga a donde ir, lo hago sólo para verte a ti. Pero me avergüenzo de mí mismo. Si supieras lo que hago sin motivo, seguramente te asustarías; esta sociedad actual tristemente no entiende de romanticismo, y yo soy un romántico empedernido. Por eso jamás me he atrevido a hablarte, por eso mismo esto jamás será posible.
Una vez leí que hay algunos amores que es mejor que se queden en platónicos, así siempre serán incorruptibles y perfectos.
He decidido empezar una nueva vida desde cero.
Mañana mismo me mudaré lejos, muy lejos. No creo que vuelva a verte en persona, pero sí lo haré en mis sueños.

Sinceramente, espero que notes mi ausencia.

                                   -Expresivísima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario